Muchas mujeres que he acompañado y estoy acompañando me han preguntado a lo largo de este año que porqué en los tratamientos que ofrezco elimino el azúcar.
Son varios los motivos y a continuación te los resumiré.
Primero quiero decirte que, cuando digo «azúcar» me refiero al azúcar que se añade en muchísimos platos y alimentos (que ni siquiera deberían llevar), me refiero al que se utiliza para hacer bollería, pastelería, chocolates. También al que añadimos nosotras a nuestro café o bebida vegetal o a los yogures, u en otros alimentos.
En general, estos contienen glucosa y/o fructosa. Ambos azúcares llegan rápidamente a nuestra sangre y nos dan energía rápida y momentánea pero si tomamos en exceso, comportan que esta se debilite así como también lo haga nuestro estado de ánimo.
Si no estás acostumbrada a comer demasiado azúcar, estoy segura que tú misma me puedes decir lo que has notado al ingerirlo. Cuando estamos habituadas a comerlo ya ni lo notamos… dime ¿tú lo notas?
El que nos «enchufan» en gran variedad de productos envasados así como en alimentos preparados (como te decía, todo tipo de chocolatinas, bollería, yogures, cereales de desayuno galletas, barritas energéticas, conservas, embutidos, alimentos procesados como pastas frescas, lasañas, pizzas…), es el AZÚCAR BLANCO. Y este, en mis tratamientos, no tiene cabida.
¿Quieres saber por qué?
– El azúcar blanco está compuesto por glucosa + fructosa, lo que se llama sacarosa. Su exceso pasa rápidamente a convertirse en reserva en forma de grasa. Por eso está relacionado con la obesidad y el síndrome metabólico (diabetes, hipercolesterolemia..)
– Aumenta bruscamente la glucosa en sangre y esto significa que aumenta bruscamente la insulina en sangre. Este aumento favorece procesos inflamatorios porqué provoca que el cuerpo sintetice unas moléculas pro inflamatorias, las prostaglandinas PG2. Además de «debilitar» al páncreas, productor de esta insulina.
– Además, a partir de esta subida brusca de azúcar e insulina, el cuerpo empieza a liberar dopamina en grandes cantidades y se activan las partes cerebrales donde se fabrica. Esto es lo que provoca que, después de consumir azúcar, tengamos sensación de bienestar y satisfacción (aunque no te des cuenta porqué ya estás habituada, a nivel biológico, físico, sucede y tu cuerpo SI se da cuenta; por ese motivo busca más).
La dopamina es una sustancia química llamada neurotransmisor que media funciones varias (conductuales, cognitivas) así como la sensación de placer que obtenemos al recibir una recompensa.
Está relacionada, también, con la risa, el placer, el miedo y la adicción. De hecho, se ha visto que la configuración cerebral de las personas adictas al azúcar es similar a aquellas adictas a otras sustancias como el alcohol, el tabaco y la cocaína. Se ha visto que tienen menos receptores de dopamina en su cerebro, es decir, la transmisión entre neuronas es poco intensa. Por lo tanto, la sensación de placer, risa, recompensa… puede estar disminuida y tener la necesidad de consumir estas sustancias para aumentarla. El tema es que los efectos van siendo cada vez más débiles lo que hace que se necesiten dosis mayores cada vez.
Quizá te ha pasado que, al eliminar el azúcar de nuestra alimentación, hayas pasado unos días algo irritable o incluso con molestias físicas. Esto es porqué experimentamos un síndrome de abstinencia.
Pasar por ello y superarlo hace que nuestro cuerpo pueda hacer su metabolismo «sanamente»: obtener la energía inicial de nuestras reservas de glucosa y, posteriormente, de la energía de nuestras reservas en forma de grasa. De este modo evitamos que se acumule propiciando salud. El cúmulo de grasa es fuente de inflamación constante).
– Altera nuestra microbiota intestinal perjudicando a nivel de sistema inmunitario: ya sabes que una microbiota equilibrada y saludable es igual a un sistema inmune fuerte. El sistema inmune intestinal constituye la parte más extensa y compleja del sistema inmune. Si no lo tienes claro, te animo a leer este post en mi blog: https://espaili.com/como-cuidar-tus-intestinos-para-generar-salud-fisica-y-mental/
Piensa que diariamente, el sistema inmune intestinal, tiene contacto con una enorme cantidad de moléculas y debe distinguir las inocuas de las patógenas.
Esta barrera intestinal está integrada por varios elementos, entre ellos las bacterias «saludables» de nuestra microbiota; a parte de enzimas digestivas pancreáticas y el epitelio intestinal (su «pared»).
– Nuestro cuerpo, para poder metabolizar el azúcar, necesita minerales. Al estar refinado, el azúcar ha perdido estos minerales, así que el cuerpo los toma de nuestros huesos y de los alimentos que acabamos de comer, provocando desmineralización y acidificación; esto se traduce en déficit de minerales en huesos. Además de déficit de los minerales de los alimentos que acompañan este azúcar. Por ejemplo, del yogur o kéfir que te tomas con azúcar.
Estos son algunos de los efectos nocivos del azúcar.
Si quieres saber más sobre alimentación sana y equilibrada, no puedes perderte la Formación «Que tu alimento sea tu Medicina», que ofrece Espai Li. Dónde aprenderás todo sobre esto desde la perspectiva de la Dieta Mediterránea y de la PsicoNeuroInmunoEndocrinología; saldrás sabiendo crear tus menús equilibrados y saludables y utilizándolos como tu medicina diaria 😉 y, posteriormente, podrás acceder a módulos sobre cómo utilizar la alimentación en patologías determinadas.
Infórmate en eulalia@espaili.com
Te animo a seguir este camino, sin exceso de azúcar, porqué es un camino hacía tu bienestar. Con toda la información, tu decides.
¿Necesitas que te acompañe?
Infórmate del curso que empezamos el 10 de diciembre «Good bye, azúcar!», para conseguir vivir sin azúcar y notar los beneficios en 7 días; con menús saludables y equilibrados, recetas alternativas e información sobre este «enemigo» si lo utilizamos excesivamente.
Bibliografía:
– Neuroscience. 2005;134(3):737-44.doi: 10.1016/j.neuroscience.2005.04.043. «Daily bingeing on sugar repeatedly releases dopamine in the accumbens shell». P Rada, N. M. Avena, B. G. Hoebel. Psychology Department, Green Hall, Princeton University, Princeton, NJ 08544, USA. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/15987666/
– Neurosci Biobehav Rev. Author manuscript; available in PMC 2009 Jan 1. Published in final edited form as: Neurosci Biobehav Rev. 2008; 32(1): 20–39.Published online 2007 May 18. doi: 10.1016/j.neubiorev.2007.04.019. «Evidence for sugar addiction: Behavioral and neurochemical effects of intermittent, excessive sugra intake«. Nicole M. Avena, Pedro Rada and Bartley G. Hoebel. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/17617461/
– 15.11.2019. Nature. «Sucrose intake lowers μ-opioid and dopamine D2/3 receptor availability in porcine brain«. Michael Winterdahl, Ove Noer, Dariusz Orlowski, Anna C. Schacht, Steen Jakobsen, Aage K. O. Alstrup, Albert Gjedde, Anne M. Landau.
https://www.nature.com/articles/s41598-019-53430-9#Abs1
– Methods Mol Biol. 2012;829:351-65. doi: 10.1007/978-1-61779-458-2_23. «Animal models of sugar and fat bingeing: relationship to food addiction and increased body weight»
doi: 10.1007/s00394-016-1229-6. Epub 2016 Jul 2. «Sugar addiction: the state of the science»
– Nutrients. 2020 Aug; 12(8): 2288. Published online 2020 Jul 30. doi: 10.3390/nu12082288. «Underlying Susceptibility to Eating Disorders and Drug Abuse: Genetic and Pharmacological Aspects of Dopamine D4 Receptors» Luca Botticelli,1,† Emanuela Micioni Di Bonaventura,1,† Fabio Del Bello,2 Gianfabio Giorgioni,2 Alessandro Piergentili,2 Adele Romano,3 Wilma Quaglia,2 Carlo Cifani,1,*‡ and Maria Vittoria Micioni Di Bonaventura1,‡https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7468707/
– Documental «Sobredosis de azúcar»: https://www.youtube.com/watch?v=3q9eh9TWFGM